Acordaos, oh Virgen Santísima, de vuestros siervos; sostened sus oraciones; confirmad su fe; haced que vengan a la unidad las iglesias dispersas; haced que triunfe este reino, que florezca la paz en el mundo, libradnos de todo peligro, y dignaos alcanzarnos un día la recompensa eterna. Amén. (San Germán)